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Description
Dada la tendencia de los pueblos indios a sublevarse, aunada la circulación de ideas racistas producto del evolucionismo, las élites políticas empezaron a considerar al indio como un ser anclado en el atraso cultural que impedía transitar al país hacia la modernidad. Esta idea del indio como incapaz e ignorante se generalizaría a través del siglo XIX en el pensamiento liberal, que trataría de establecer mecanismos para “educar” a los indios e incorporarlos a su visión de lo que consideraban “progreso”. Fundada en la actuación de los hermanos indígenas Domingo y Cirilo Arenas, la memoria colectiva campesina sería imposible de borrar en el proyecto nacionalista impulsado por las élites revolucionarias. No obstante, el indio campesino rebelde del periodo revolucionario, que en el siglo XIX fuese motivo de descrédito y desdén para las élites políticas, fue convertido en actor histórico en el discurso político post-revolucionario, incorporándose así a la modernidad de la nación mexicana, aunque necesitado de protección y guía.
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